Es fundamental contar con información precisa sobre las vacunas ya que puede ayudar a detener los mitos y rumores más comunes al respecto. Saber qué fuentes de información son confiables puede resultar difícil. Aprenda más sobre cómo encontrar información confiable sobre las vacunas.
Acabe con los mitos comunes y conozca los datos
MITO: los ingredientes incluidos en las vacunas contra el COVID-19 son peligrosos.
Los ingredientes exactos de cada vacuna varían según el fabricante. Las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna también contienen el ARN mensajero (ARNm) y la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson/Janssen contiene una versión inofensiva de un virus no relacionado con el virus que causa el COVID-19. Les dan instrucciones a las células del organismo para generar una respuesta inmunitaria. Esta respuesta le brinda protección para evitar enfermarse a causa del COVID-19 en el futuro. Una vez que el organismo produce una respuesta inmunitaria, descarta todos los ingredientes de la vacuna, del mismo modo que descartaría cualquier información que las células ya no necesitan. Este proceso forma parte del funcionamiento normal del organismo.
Las vacunas contra el COVID-19 NO contienen ingredientes como conservantes, tejidos (como células fetales de abortos), antibióticos, proteínas de alimentos, medicamentos, látex ni metales.
Conozca más acerca de qué ingredientes están incluidos o no en las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer-BioNTech, Moderna o Johnson & Johnson/Janssen.
MITO: la inmunidad natural adquirida a través de la infección por COVID-19 es mejor que la inmunidad obtenida mediante la vacuna contra el COVID-19.
La vacunación contra el COVID-19 genera una respuesta inmunitaria más predecible que una infección por el virus que causa el COVID-19. La vacuna contra el COVID-19 brinda a la mayoría de las personas un alto nivel de protección contra el COVID-19 y ofrece protección adicional a las personas que ya tuvieron COVID-19. Un estudio demostró que, en el caso de las personas que ya tuvieron COVID-19, aquellas que no se vacunan luego de su recuperación tienen 2 veces más probabilidades de volver a infectarse por COVID-19 que las que reciben la vacuna completa después de su recuperación.
Todas las vacunas contra el COVID-19 que actualmente están disponibles en los Estados Unidos son efectivas para prevenir el COVID-19. El hecho de haberse infectado por COVID-19 puede ofrecer cierta protección contra futuras infecciones por el virus, lo que suele llamarse “inmunidad natural”, pero el nivel de protección que obtienen las personas tras infectarse por COVID-19 puede variar dependiendo de la gravedad del caso, el tiempo transcurrido desde la infección y la edad.
Es más seguro y confiable generar inmunidad a través de la vacunación contra el COVID-19 en vez de hacerlo a través de una infección por COVID-19. La vacunación contra el COVID-19 ayuda a protegerlo al crear una respuesta de generación de anticuerpos sin tener que sufrir la enfermedad. Vacunarse también puede proteger a las personas que lo rodean, en especial aquellas con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Al infectarse por COVID-19 puede enfermarse gravemente e incluso morir, y no podemos predecir con seguridad quiénes se enfermarán gravemente o quiénes tendrán síntomas leves. Si se infecta por COVID-19, puede contagiar a los demás. También podría seguir teniendo problemas de salud a largo plazo luego de una infección por COVID-19.
Sepa por qué debería vacunarse incluso si ya tuvo COVID-19.
MITO: las vacunas contra el COVID-19 causan variantes.
Las nuevas variantes del virus suceden porque el virus que causa el COVID-19 se modifica constantemente a través de un proceso natural constante de mutación (cambio). A medida que se propaga, el virus tiene más oportunidades de cambiar. La alta cobertura de vacunación en la población reduce la propagación del virus y ayuda a prevenir la aparición de nuevas variantes. Los CDC recomiendan que todas las personas de 5 años de edad o más se vacunen lo antes posible.
Aprenda más sobre variantes.
MITO: todas las reacciones notificadas al Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS) son a causa de la vacunación.
Algunos informes del VAERS pueden tener información incompleta, imprecisa, que coincida con otros datos o que no se pueda verificar. Los expertos en seguridad de las vacunas analizan estas reacciones adversas y buscan cifras inusualmente elevadas de problemas de salud, o un patrón de problemas, después de que las personas reciben una vacuna en particular.
En el último tiempo se malinterpretó y se informó de manera errónea la cantidad de muertes notificadas al VAERS después de la vacunación contra el COVID-19, como si se hubiera demostrado que esas muertes habían sido consecuencia de la vacunación. Los informes de reacciones adversas enviados al VAERS después de la vacunación, incluidos los casos de muertes, no significan necesariamente que una vacuna haya causado un problema de salud.
Aprenda más sobre VAERS.
MITO: la vacuna de ARNm no se considera una vacuna.
Es un nuevo tipo de vacunas, pero se está investigando y desarrollando hace décadas.
Las vacunas de ARNm no contienen virus vivos. En cambio, estas vacunas les enseñan a nuestras células a producir una porción inocua de la “proteína S” que está presente en la superficie del virus que causa el COVID-19. Después de producirla, las células muestran esta porción de proteína creada sobre su superficie. Nuestro sistema inmunitario reconoce que la proteína es un cuerpo extraño y comienza a generar una respuesta inmunitaria para deshacerse de ella. Cuando se comienza a generar la respuesta inmunitaria, se crean anticuerpos que desencadenan la misma respuesta producida por una infección natural.
A diferencia de las vacunas de ARNm, muchas otras vacunas utilizan una porción, o una versión atenuada, del germen que la vacuna combate. Así funcionan las vacunas contra la influenza y el sarampión. Cuando se introduce una parte pequeña o debilitada del virus en nuestro organismo, se generan anticuerpos para ayudar a protegerlo de futuras infecciones.
Obtenga más información sobre cómo funcionan las vacunas de ARNm contra el COVID-19.
MITO: las vacunas contra el COVID-19 contienen microchips.
Las vacunas actúan estimulando la producción de anticuerpos de su sistema inmunitario, de la misma forma que lo haría si se viera expuesto a la enfermedad. Después de vacunarse, desarrolla inmunidad a esa enfermedad sin tener que padecerla antes.
Obtenga más información sobre los ingredientes de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas para usar en los Estados Unidos.
MITO: recibir una vacuna contra el COVID-19 puede magnetizarlo.
Las vacunas contra el COVID-19 no contienen ingredientes que puedan producir un campo electromagnético en la zona de la inyección. Ninguna de las vacunas contra el COVID-19 contiene metales.
Obtenga más información sobre los ingredientes de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas para usar en los Estados Unidos.
MITO: las vacunas contra el COVID-19 autorizadas para su uso en los Estados Unidos liberan algunos de sus componentes.
Ninguna de las vacunas autorizadas para su uso en los EE. UU. contiene el virus vivo. Las vacunas de ARNm y de vectores virales son los dos tipos de vacunas contra el COVID-19 autorizados y disponibles en la actualidad.
Aprenda más sobre las vacunas de ARNm y de vectores virales contra el COVID-19.
MITO: las vacunas contra el COVID-19 pueden alterar mi ADN.
Tanto las vacunas de ARN mensajero (ARNm) como las de vectores virales contra el COVID-19 les dan instrucciones (material genético) a nuestras células para que comiencen a generar protección contra el virus que causa el COVID-19.
Una vez que el organismo produce una respuesta inmunitaria, descarta todos los ingredientes de la vacuna, del mismo modo que descartaría cualquier información que las células ya no necesitan. Este proceso forma parte del funcionamiento normal del organismo.
El material genético que aportan las vacunas de ARNm nunca ingresa al núcleo de la célula, que es donde se aloja nuestro ADN. Las vacunas de vectores virales contra el COVID-19 aportan material genético al núcleo de la célula para que nuestras células generen protección contra el COVID-19. Sin embargo, el vector viral no tiene la maquinaria necesaria para integrar su material genético en nuestro ADN, por lo que no puede alterar nuestro ADN.
Aprenda más sobre cómo actúan las vacunas contra el COVID-19.
MITO: una vacuna contra el COVID-19 me pude enfermar de COVID-19.
DATO: como ninguna de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas en los Estados Unidos contiene el virus que causa el COVID-19, la vacuna no puede causarle COVID-19.
Las vacunas contra el COVID-19 le enseñan a nuestro sistema inmunitario a reconocer y combatir el virus que causa el COVID-19. A veces, este proceso puede producir síntomas, como fiebre. Estos síntomas son normales y son signos de que el organismo está generando protección contra el virus que causa el COVID-19.
Aprenda más sobre cómo actúan las vacunas contra el COVID-19.
Referencia: Mitos y datos sobre las vacunas contra el COVID-19 | CDC